sábado, 18 de septiembre de 2010

Crónicas desde la eternidad I

La última botella

Escribo desde ese intervalo de tiempo que transcurre entre reencarnaciones y que a mí me gusta llamar eternidad. No voy a explicaros como desde este privilegiado estado de conciencia puedo manejar mi blog: sería excesivamente técnico, complicado y aburrido.

El caso que quiero contaros hoy comenzó en el año 3153 d.C. según el calendario Gregoriano: la viticultora y bodeguera Sofía Bonraim, que además era presidenta del consejo regulador de la denominación de origen Jumilla apartó varios hectolitros del producto de la vendimia de aquel año con el propósito de elaborar tres centenares de botellas para consumo propio, y para obsequiar a sus familiares y amigos. Utilizó una novedosa variante de la muy probada técnica conocida como transgénesis vírica. La ingeniosa variante consistía en cazar y aislar un virus informático al azar, ponerlo en cuarentena para verificar su grado de idoneidad, y por último transformarlo en virus biológico. A este último proceso se le llamaba «alentar» que no quería decir darle aliento, sino darle vida, o mejor expresado: alentarle vida. Una vez alentado, el virus biológico resultante servía de catalizador para fermentar y acompañar durante los años de crianza al mosto en sus barricas de arcilla soplada. Hacía mas de cinco siglos que se había determinado abolir la tala de árboles.
El término alentarle vida se había rescatado de las expresiones utilizadas por las antiguas religiones.

Las antiguas religiones capitaneadas por las llamadas religiones del libro celebraron un Concilio unificado en el año 2312 en Jerusalém, el cual con el tiempo se conoció como El Concilio del adiós a Dios. Certificaron su poca utilidad en el desarrollo y mantenimiento de una moral respetuosa con todos los seres vivos y con los minerales, para preservar la vida y la naturaleza y dotarla del mayor grado de bienestar posible. De hecho en aquellos tiempos tenían muy pocos feligreses y ninguna influencia en la política y en las costumbres de la sociedad.
El concilio marcó un punto de inflexión, y a partir de él las religiones derivaron en una serie de agrupaciones de apoyo moral para aquellos que lo necesitaran, sin iluminaciones ni intervenciones divinas, parecidas a las antiguas ONG del siglo XXI, con la salvedad de que no repartían ayudas materiales ya que éstas estaban suficientemente cubiertas en todo el mundo.

La elaboración del vino duró diez años, que para la época era muchísimo, ya que la tecnología de aceleración y retardo biológico podía controlar el ritmo de cualquier proceso natural.
El vino resultante se llamó Ada en honor a Ada Augusta Byron King, la primera persona que se dedicó a la programación de ordenadores. Al vino, con el tiempo, popularmente se le conoció como JumillAda.
Su consumo resultó según estaba previsto. Sofía Bonraim, familia y allegados mas próximos consumían entre todos tres botellas semanales.
La degustación de una botella se solía acompañar de una pequeña e íntima liturgia, ya que además del vino se consumía una ligera colación y una colección de las drogas legales o no que en cada temporada estaban de moda. Se celebraba la ceremonia alrededor de una mesa rodeada de sillones y sofás para el reposo posterior.
Al mismo tiempo, Sofía regalaba botellas a sus amigos con el ruego de que nunca las vendieran, sino que solamente se las bebieran o las volvieran a regalar, a los mas íntimos llegaba a decirles que si vendían las botellas el vino de éstas se agriaría.

Al cabo de diez años sólo quedaba una botella por consumir. Había caído en poder del especulador Emiliano Botines, que desafió directamente la norma y la ofreció en pública subasta al mejor pujador. Se vendió por la desorbitante cantidad de 2.000.000 de @U (la @U conocida como arroba universal era la moneda única).
A partir de ese momento la botella cambió de propietario y de preció hasta alcanzar la increíble cantidad de 21.000.000 @U en manos de Cleo Bonnanuit.
Cleo Bonnanuit era artista y productora de los llamados espectáculos amatorios, derivados de las antiguas óperas, los conciertos de rock y los strip-art.
En febrero de 3174 Cleo había seducido a los gemelos Tom y Sam Brother únicos hijos de Obama XIII y Jaqueline XXI actuales presidentes de los Estados Unidos Occidentales (EUO)

Políticamente el mundo estaba dividido en dos grupos: el Occidental formado por América, Europa Occidental, África y Oceanía con capital en las Islas Azores, y el Oriental con el resto de tierras y capital en Macao.
Estos dos grandes bloques nacieron en 2560, justo al cabo de 510 años después de la UU (Unificación Universal) para crear una bipolaridad política necesaria para estimular la competencia.
La Constitución del bloque Occidental disponía que la jefatura de su gobierno debería estar constituida por una pareja de ciudadanos de cualquier sexo legalmente constituida con uno o mas hijos a su cargo, naturales o asignados. La duración de su presidencia duraría como máximo once años. En el momento de la desaparición de uno de los cónyuges quedaba vacante la presidencia y se convocaban elecciones. A los copresidentes, durante su mandato no se les permitía divorciarse.
Era costumbre que la pareja presidencial gobernara con nombres elegidos por ellos para la ocasión como ocurría con los antiguos Papas de la iglesia católica.

El caso es, que los gemelos Brother y Cleo un amanecer de la primavera de 3174 en las dependencias privadas de la casa de la Moneda Alba-Rosada residencia de los presidentes de EUO, descorcharon la única botella de JumillAda que quedaba en la tierra. El vino estaba avinagrado, parecía que la maldición de Sofía Bonraim había funcionado. Tom y Sam que estaban mas fumados que Cleo y que no habían probado el vino en su vida, se la bebieron a morro de dos tragos. El efecto fue fulminante: murieron en diez minutos.
Lo que había ocurrido era, que hacía cinco años que a la casa de la Moneda Alba-Rosada se le había incorporado un antivirus de la firma Pandora que tenía catalogados todos los virus benignos fabricados, como el virus que Sofía Bonraim había utilizado para la fabricación de su vino era clandestino y no estaba catalogado, automáticamente el antivirus lo destruyó, esto produjo un envenenamiento del líquido que acabó con la vida de los vástagos de la pareja presidencial.
La Constitución no tenía previsto un caso parecido, por un lado decía que la pareja presidencial debía tener hijos, pero no decía nada en caso de su desaparición durante el mandato de sus padres.
Se resolvió de una forma pragmática. La pareja presidencial le había tomado cariño a Cleo y le pidieron que fuera su hija asignada ya que era huérfana. Ella aceptó.
A los tres años de terminado el periodo de once de su mandato, Jaqueline XXI se divorció de Obama XIII, el vínculo legal con Cleo Bonnanuit se rompió con la separación de los padres asignados. De inmediato Jaqueline XXI y Cleo Bonnanuit se casaron y tuvieron una hija bi-clónica a la que llamaron Juanita Lupe Jaqueline Bonnanuit.
Ocho años después se presentaron a las elecciones presidenciales y las ganaron. Cleo Bonnanuit adoptó para su presidencia el nombre de Zapaterita I.


En aquella lejana época junto a los espectáculos amatorios, triunfaban las proyecciones holográficas, la música recitativa improvisada, sobre todo por grupos pandilleros, los torneos de poesía surrealista y los certámenes de fabricación y degustación de helados.
Los grandes clásicos de la música de todos las épocas se seguían escuchando en todo el mundo... algunas veces incluso de forma clandestina.




El petróleo ya sólo lo utilizaban en forma de aroma sintético los grandes gurús de la llamada cocina natural. Su gran aportación a la gastronomía universal era el sgarrat de paella taronjera con socarrat de ninot... pero esto ya os lo contaré otro día...

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