sábado, 13 de diciembre de 2014

Vacaciones de Navidad


     Aunque parecía que estábamos en los inicios del Otoño ya hacía más de un mes que en las televisiones arreciaban los anuncios de colonias, juguetes y dulces navideños. Por fin llegó el lunes 22 de diciembre que en aquella comunidad era el último día lectivo antes de las vacaciones de Navidad. 

     A Pepe Nacho Berto ministro de educación, cultura y deportes, su jefe de gabinete hacía tiempo que no le dejaba participar en actos públicos sino era verdaderamente imprescindible. La vicepresidenta y el resto de ministros se lo habían exigido encarecidamente. Tanto en el congreso de los diputados como en el senado sabía defenderse bien (como la mayoría de los políticos) de los ataques de la oposición. Sabiendo las preguntas que tenía que responder, contraatacaba con cifras, datos y trapos sucios de los partidos opositores (el típico «y tú más») pero en los actos con docentes de universidad, actrices, actores y gente de la cultura en general, aparte de los abucheos a la entrada y la salida, siempre recibía los reproches y desplantes del resto de participantes. Se defendía con una sonrisa tímida o agresiva según el caso, que ocultaba la frustración e impotencia que sufría. Para colmo, en los últimos meses varios artistas e intelectuales le habían rechazado premios y honores que su ministerio tenía a bien conceder. Se sentía incomprendido y falto de apoyo, casi traicionado. Al fin y al cabo él había hecho lo que le habían pedido, y lo había hecho muy bien. 

     Sabiendo que su carrera política estaba acabada como auguraban las encuestas, quiso darse un pequeño homenaje visitando un aula de primer ciclo de primaria en un colegio concertado. Su secretaria personal lo había dejado todo preparado en un colegio de un barrio de clase media-baja. 

     Aunque la visita estaba concertada para las 11h. 30' AM el ministro y su escolta se presentaron a las 10h. AM para evitar las muestras de afecto con que lo obsequiaban habitualmente en la calle. Rápidamente salieron a recibirlo la directora del centro Dª. Remedios y D. Iván tutor y profesor del curso que habían escogido para el acontecimiento. Los acompañaron al aula y al entrar en ella descubrieron un mundo lleno de color y fantasía; mundo fabricado por los alumnos y alumnas que al quedarse solos se vistieron los disfraces que tenían preparados para la representación navideña que tendría lugar en la hora del recreo. A saber: 

Vicen Aguilar – Pastorcillo (barbudo) 

Yoli Sánchez – Virgen María (muy mona y pintarrajeada) 

Raúl Valle – Cocodrilo (¿?) 

Dorotea Albiol – Oveja (manguitos y guantes de borra blanca) 

Corina Dumitru – Zombi (usado en Halloween) 

Abás Farcuch – Turbante y chilaba (remangada) 

Jordi Pujades – Caganer (ja voreu) 

Claudina Salvatierra - Castañera (moníííísima)

 

    Después de los saludos y las presentaciones Iván les propuso a los chicos que le obsequiaran al Sr. ministro con una clase práctica de ritmo y lenguaje consistente en pronunciar su nombre marcando las sílabas y dando palmadas en cada una de ellas. Resultó así: 

Vi-cen-te 

Yo-lan-da 

Co-ri-na 

Do-ro-te-a 

I-ker 

 

   ¡Muy bien! - dijo Iván – ahora quiero que nombréis y acompañéis con las palmas palabras de dos y tres sílabas, tu primero Abás - 

- Abás Farcuch: bisílaba ca-jón; trisílaba ma-de-ra. 

- Corina Dumitru: 'bidisíbala' pe-lo; 'trisilísaba' pa-pe-le-ra. ¡No profe que tiene cuatro! 

- Raúl Valle: bisílaba mun-do; 'tresílabas' ca-rre-ra. 

- Dorotea Albiol: bisílaba cla-se; trisílaba PO-DE-MOS. 

 

  A partir de ese momento se armó un guirigay imposible de parar, mas o menos así: 

- ¡Ja ja ja, ha dicho podemos! Si es uno que sale en la tele y tiene coleta. 

- ¡Pues yo tengo un tío que también tiene coleta! 

- Y mi hermana también lleva coleta. 

- ¡Pero no es igual la coleta de los chicos que de las chicas! 

- Pues podemos ha dicho que va a mandar y que no le gusta la pasta. 

- ¡Pues que tonto! a mí me gusta mucho la pasta y los espaguetis. 

- ¡No! ha dicho que no le gusta la caspa. 

- ¿Qué es la caspa? 

- Es unas cositas blancas del pelo. 

- ¡Eso son piojos! 

- ¡No! los piojos son negros. 

- Pues yo he visto al podemos de caganer. 

     

     En ese momento intervino Iván para poner orden, pero el ministro le indicó que no era necesario, que se lo estaba pasando muy bien con la espontaneidad de los chicos y que había sido una bocanada de aire fresco que le había hecho olvidarse de sus pesares... Se despidió de los niños y de los docentes y se dirigió hacia la salida con una sonrisa mucho mas sincera que en otras ocasiones... 

     Los niños salieron al patio a representar su función navideña... todo funcionó perfectamente... hasta Jordi Pujades se bajó los pantalones durante dos segundos para improvisar su 'caganer'... 

 

1 comentario:

  1. Precioso cuento navideño y con los niños y sus gracias fresco y verdadero.
    ¡Feliz Naidad!

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